יום שישי, 21 באוגוסט 2020

el fundamentalismo peligroso de los economistas israelies en el poder

 

Después de varios informes que se centraban en las cuestiones exteriores de Israel, es hora de analizar las cuestiones internas. En las Américas, de sur a norte, no es necesario explicar por que el tema principal es el económico.

En Israel, un país joven que cuenta con un pasado muy lejano, que la mayoría de sus vecinos aún no reconocen su existencia, y cuyo componente ideológico ocupa un lugar central en el discurso público, la tendencia predominante es enfatizar cuestiones de identidad, cultura y espíritu.

Por ejemplo, en las últimas semanas la sociedad israelí ha estado preocupada por una cuestión bastante extraña desde el punto de vista de cualquier otra sociedad humana: el derecho de los ciudadanos a pasar tiempo a orillas de un hermoso río que pasa por el centro de un kibutz en el valle de Beit She'an. En países con ríos como el parana, el Amazonas o el Mississippi, tal problema es menos que ridículo. Pero en Israel es muy fácil convertir esa cuestión en un foco de violentos disturbios, incitación política y mala sangre.

Quizás en otra ocasión contaremos la historia completa de este acontecimiento, porque la intención era decir que incluso cuando Israel mira los temas interiores, la tendencia es abordar cuestiones que objetivamente casi no tienen importancia, ciertamente no en relación con cuestiones difíciles como el futuro económico.

Israel es considerado un milagro económico: hace unos 150 años, no más de 300.000 personas, 90% arabes vivían en la Tierra de Israel, con una ezperanza de vida de 40 años, casi sin servicios de salud y bienestar, casi sin educación. El viaje de Jaffa a Jerusalén, menos de 70 km, duró unas 15 horas y nadie lo haria solo por los ladrones del camino.

Hoy en día, alrededor de 9 millones de ciudadanos viven en el Estado de Israel, con una esperanza de vida dos veces mayor, con servicios de bienestar, salud, comunicaciones e infraestructura que colocan a Israel en la lista de los 30 países más ricos del mundo.

Esto no fue un milagro, sino el producto de un trabajo muy duro. Y ya que casi no hay recursos naturales en Israel, el recurso principal era y sigue siendo el recurso humano.

Pero la gran historia de los 150 años no importa al acercarse al presente inmediato. El hecho de que Uruguay haya ganado dos veces el Mundial no significa nada por el proximo. En otras palabras, es agradable oler los éxitos del pasado, pero desde el punto de vista de los ciudadanos reales, la cuestión económica se mide en términos de corto plazo.

Corto plazo no significa el período de tiempo entre ayer y mañana, sino la situación económica de los últimos años. Y en el mundo moderno, la situación económica es ante todo una función de la política económica. Y en Israel, desde hace 35 años, el principal factor que gobierna la política económica en Israel no ha sido el gobierno y ciertamente no el parlamento, sino el Ministerio de Finanzas.

En los ultimos 35 anios, la politica del Ministerio de Finanzas de Israel es el consenso de Washington. Este consenso se estableció en la década de 1980 y nunca ha estado en el consenso, menos en la ultima decada. Pero para los dirigentes de la economia israeli, este supuesto consenso, se transformo a una religion, cuyos preceptos son: recortes presupuestarios, infraejecución del presupuesto,  déficit de 3%,  inflación de 3%, Abrir el mercado local a las importaciones a toda costa bajo el lema de "bajar el costo de la vida" y administrar la infraestructura nacional de acuerdo con principios ciegos de las fuerzas del mercado.

El resultado es que en los datos macroeconómicos, Israel recibe aplausos de todos los economistas conservadores del mundo,  y alta calificación crediticia, como si fuera una empresa como Ford o Volkswagen.  Y no un país soberano.

En vísperas de la corona, la relación deuda / PIB era del 60%, la inflación era inferior al 2% y el déficit presupuestario era inferior al 3%. Las reservas de divisas fueron de unos 150.000 millones de dólares, y el mercado de la vivienda siguió dando rendimientos fantásticos, porque de acuerdo con el principio de las fuerzas del mercado, a los contratistas de la construcción les interesa mantener la demanda alta, asegurando asi que  el ciudadano israelí pagara 20 años de salario para comprar un apartamento, mientras el Ministerio de Finanzas supuestamente lo compensa permitiendo que se importen tomates de Turquía para bajar el costo de vida bla bla, lo que perjudica tanto a los agricultores israelíes como a los palestinos. Y a eso le llaman economía adecuada.

 

La crisis de la corona ha puesto al descubierto los problemas económicos de Israel.

El problema es exactamente el mismo fundamentalismo del Consenso de Washington. A diferencia de otros países, que inmediatamente renunciaron a los principios de Maastricht, que son la version europea del Consenso de Washington, en Israel el Ministerio de Finanzas continuó su política como si nada hubiera pasado.

Más bien, el Ministerio de Finanzas señaló la crisis de la corona como otra razón para continuar con su política de austeridad. Ni las cifras proporcionadads por el mismisimo Ministerio de Finanzas han volcado un cambio de mente. Segun un informe del ultimo julio,  los ingresos de la Autoridad Tributaria disminuyeron un 6%, los impuestos directos se mantuvieron sin cambios en comparación con julio de 2019 y los indirectos disminuyeron un 13%.

No es necesario ser un economista profesional para comprender lo que esto significa. Menos impuestos significa menos inversión social y, en el caso de la corona, profundización de la recesión económica.

Suena obvio. Tanto es así que hay economistas conservadores en Israel que explican que así es en el capitalismo, hay altibajos y no hay nada que hacer, suponiendo que el capitalismo es la manera adecuada de regir la economia.

Tienen razon. El capitalismo es sin duda el camino adecuado. Por su politica tiene poco que ver con la doctrina capitalista original. Fue Benjamin Franklin, quien ya en el siglo XVIII resumió el principio capitalista en una frase:

an ounce of prevention worth a pound of cure

una onza de prevención vale una libra de cura

 

En términos prácticos, el significado de estas palabras es clarisimo: al igual que en Italia, en Israel la llamada política adecuada ha llevado al secado del sistema de salud. En diciembre de 2019, Italia recibió una medalla de excelencia de la Comunidad Europea por racionalizar su sistema de salud. La racionalización de acuerdo con la lógica de Maastricht es, por supuesto, recortes, despidos y privatización. Vimos el resultado en los cementerios de bergamo por ejemplo. Ahora es el turno de Israel de llenar los cementerios.

Pero el enfoque de Franklin podría ser la base para un cambio de rumbo, por supuesto. para que una reducción en la cantidad de impuestos perjudique menos al estado, se debe aumentar el número de contribuyentes. Es decir, precisamente de acuerdo con los principios del capitalismo sano, el papel del Estado es crear empleo, y en frente de una crisis, el Estado supera la fuerzas del mercado en su poder para hacerlo.

Los ejemplos en Israel no faltan: infraestructura de transporte y comunicaciones, mercado de la vivienda, agricultura y, sobre todo, el fomento de las micro empresas que en israel sufren, y mucho, sin ningun tipo de justificacion economica.

Ésta es exactamente la posición de casi todos los economistas de Israel, excepto de aquellos que tienen el poder de tomar decisiones.

Mientras el público israelí esté preocupado por cuestiones de honor e intrigas relacionadas con el destino un río en el valle de Beit She'an, nadie impedirá que los economistas israelíes en el poder, sigan aplicando su politica de ajuste, absurdamente llamada capitalismo, cuando en realidad se trata de un tipo de fundamentalismo oscuro y dañino.

Esperemos lo mejor. 

 

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