El 29 de noviembre de 1947, la Asamblea General
de la ONU adoptó la decisión de dividir la llamada palestina entre un estado judío
y un estado árabe.
el estado judío tendra una mayoría judía y una
minoría árabe y viceversa, y Los dos países debían estar vinculados
económicamente y ser dirigidas democraticamente.
con ese fin la decisión incluyó disposiciones
precisas sobre cómo establecer la democracia: elecciones, separación de
poderes, pluralismo político, libertad de conciencia, el derecho a visitar
lugares sagrados para todas las religiones , sufragio general incluso de Las
mujeres.
La idea de que los dos estados independientes
cooperarían en el campo económico reflejaba la percepción prevaleciente en ese
momento de que una economía próspera era una condición importante para la paz.
Como es bien sabido, la propuesta de partición no
se materializó. El día después de que fue aceptado, los árabes comenzaron una
guerra con el objetivo declarado de evitar el establecimiento de un estado
judío. Incluso antes de que se tomara la decisión en la ONU, todos los países
árabes anunciaron que si se aceptaba tal propuesta, la ahogarían en sangre.
La Guerra de Independencia judía terminó con una
victoria judía y una derrota, la Nakba, palestina. La Nakba no fue el objetivo judío
sino el resultado del rechazo de los palestinos contra los judíos. Con el
tiempo, estos hechos fundamentales fueron olvidados.
Peor todavía, en cambio de los hechos, surgió un flaso
planteo según lo cual, la propuesta de partición de la ONU, que es un error
fundamental, resultó del remordimiento que sufrian los miembros de la ONU, por la
SHOA.
Nunca es tarde de volver a los hechos y vale la
redundancia.
Al igual que el exterminio de
los judíos europeos no conllevó casi ningun cambio en la presencia del antisemitismo
en Francia, Bélgica, Gran Bretaña y Rumania ni tampoco en Alemania, del mismo
modo la Shoá no condujo a la dicha decisión de la ONU.
No fue el cargo de conciencia que llevó al mundo a tomar la decisión,
sino una serie de motivaciones, la mayoría de ellas relacionadas con la
incipiente guerra fría y especialmente el deseo de los soviéticos de liberarse
de los británicos y de los judíos de una vez: La salida de los británicos
conllevará la creación de un estado judío y un estado judío provocará la salida
de elementos judíos no queridos desde Europa oriental, donde el kremlin trabajo
para tener su influencia.
En cuanto el apoyo de los estados unidos, esto no fue nada sobre
entendido, para decir lo de menos.
Truman fue inclinado al lado judío, no solo por su bondad sino por las
campañas electorales de 1946 y 1948. Pero La casa blanca tuvo que enfrentar el
anti sionismo fervente tanto del pentagono como del state department, ambos seguían
la lógica de las empresas de petróleo que naturalmente estaban al lado de los árabes.
Es mas, dadas las derotas del lado judío entre diciembre de 1947 y marzo
de 1948, los americanos temian que en caso de una derrota judía total, ellos
van a tener que mandar sus soldados a salvar los judíos. No solo que no querían
hacer lo, sino que el ejercito americano estaba ocupado en este momento con su
guerra casi no fría con los soviéticos en Berlín.
Hechos a un lado, el nuevo antisemitismo por el otro. Estos no esperaban
mucho antes de salir con alegaciones según las cuales el plan de partición era
una manipulación sionista que entre otros pecados invento El pueblo judío, formo
parte del complot imperialista-capitalista, manifiesto opresión contra el
idish, los judíos del oriente, contra el feminismo, contra el medioambiente, y
por supuesto contra los pobres palestinos.
En un mundo de ignorancia, Estos planteos contribuyen a la distribución de
la nueva forma del antisemitismo, tapado por la supuesta inocente critica a las
políticas de Israel. En realidad no son nada inocentes. Criticar una u otra política
es una obligación civil en cualquier democracia. Pero En este caso, este neo
antisemitismo es en realidad el rechazo del estado de Israel. No su política
sino su existencia.
El uso de la tragedia del buque Exodus, es un ejemplo típico. En el
verano de 1947 , este barco, repleto con 4500 judios sobrevivientes de la shoa,
estaba buscando el camino al puerto de haifa, donde la armada británica no lo
dejo a acercar. Justo en este tiempo, los miembros de la comité unscop, que
vinieron a estudiar el problema de palestina, estaban presentes. Los pseudo
historiadores acusaban a Ben Gurión por aprovechar del caso exodus para su
agenda sionista.
Lo que estos mentes distorsionadas no quieren entender es lo contrario: el hecho que ben gurion se vio
obligado hacer uso del caso Exodus para impresionar a los miembros del Comité
de UNSCOP, demuestra que la vinculación automática entre la Shoá y el plan de partición
no tiene fundamento alguno.
Jorge García Granados, el diplomático de Guatemala que formó parte del
Comité UNSCOP, resumió sus experiencias en un libro publicado ya en 1948. No solo
que granados no menciona la Shoá, sino que el justifica su apoyo a la creación de
dos estados naciones, uno árabe y otro judío, en las ideas liberales conocidas
por lo menos desde 1815, como el concepto del derecho de autodeterminación.
Sobre dicha idea habló Woodrow Wilson en 1917; habló Herzl en 1897;
hablaron de ella en toda Europa al menos desde el congreso de Viena en 1815 y
tiene sus raíces en la Paz de Westfalia de 1648.
Granados, como hombre lucido y progresista, no pudo no identificarse con
los judíos, cuya obra en el campo de la industria, la cultura y la agricultura,
le dejo fuertes impresiones, en sus visitas desde la Galilea en el norte hasta
Revivim en el sur.
los árabes también estaban en favor del concepto de la autodeterminacion,
pero solo para ellos, y no para los judíos. Este es el motivo de la guerra que
estalló el 30 de noviembre de 1947, que desde todo punto de vista era la continuación
de la guerra declarada por los árabes contra los judíos al menos desde 1908, guerra
que sigue hasta este momento. Los métodos son otros, pero la meta es la misma. Menos
mal que la falta de una verdadera paz, cual su condición es la buena voluntad
de todos, no impidió el establecimiento y el crecimiento del estado de Israel,
que esta semana cumple 73 años.
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